Salutación del Metropolita Hilarión de Volokolamsk a los participantes del 4 º Foro Europeo Ortodoxo-Católico (Minsk, 2 a 6 junio 2014)
Sus Eminencias santísimas,
Estimados Padres y Hermanos,
Queridos organizadores y participantes de la conferencia
En nombre de Su Santidad el Patriarca Kirill de Moscú y de toda Rus y de mí personalmente me gustaría saludar cordialmente a todos los participantes en el 4 º Foro Ortodoxo-Católico europeo, este año dedicado al tema de mayor relevancia de la religión y el pluralismo cultural: los desafíos de las Iglesias cristianas en Europa.
Quisiera señalar con satisfacción que nuestras reuniones se han vuelto muy regular. El formato de la interacción decidida en 2008 ha demostrado ser de utilidad, ya que nos permite reaccionar con rapidez a los acontecimientos que suceden en el mundo. Las sesiones anteriores se dedicaron a problemas tales como la familia, la Iglesia y el Estado, la crisis económica y la pobreza.
En el mundo de hoy en día no sólo hay un intenso diálogo de las culturas, sino también las culturas penetran entre sí. Estos procesos dinámicos permiten, por un lado, la formación de un sólo mundo en común, mientras que por el otro, permiten una nueva forma de examinar la naturaleza única de varias culturas.
La situación demográfica está cambiando, y la migración intensiva continúa en marcha. El objetivo de construir una sociedad tolerante a menudo conduce a lo contrario del efecto deseado. La identidad cristiana de Europa está en peligro. Estos problemas se hacen sentir cada vez con más intensidad en la vida cotidiana y la demanda de un análisis teórico serio.
Sin embargo, en la situación actual no podemos limitarnos simplemente a la discusión de cuestiones teóricas. Tenemos que interactuar en un nivel práctico también.
Por desgracia, nuestro foro se celebra en el contexto de los tristes acontecimientos en Ucrania. La gente está muriendo durante este enfrentamiento político, mientras los disparos aún se pueden escuchar en las calles y plazas. Las personas que siguen profundamente divididas no sólo en función de sus opciones políticas, sino también en las líneas religiosas. Tristemente, los católicos griegos han jugado un papel muy destructivo en permitir que esta situación se desarrolle. Las palabras de su arzobispo líder, jerarcas y clérigos, y una posición extremadamente politizada han dado lugar a la polarización de la sociedad y un recrudecimiento del conflicto que ya ha dado lugar a numerosas víctimas.
A diferencia de la Iglesia canónica ortodoxa ucraniana, que ha sido capaz durante estos meses difíciles de unir a personas de diversas tendencias políticas, incluidas las que se han encontrado en ambos lados de las barricadas, los Uniatas han se asociaron de una forma descarada a una sola de las fuerzas beligerantes. Las palabras agresivas de los Uniatas, acciones dirigidas a socavar la Iglesia ortodoxa canónica, contactos activos con los cismáticos y el esfuerzo para dividir una iglesia rusa ortodoxa multinacional, han causado un gran daño no sólo a Ucrania y sus ciudadanos, sino también al diálogo ortodoxos-católico. Todo esto nos ha puesto de nuevo a una gran distancia, que nos recuerda los tiempos en que los ortodoxos y los católicos vieron el uno al otro no como amigos sino como rivales.
Hoy, una vez más, ha sido aún más evidente lo que los ortodoxos sabían -que la Unía era y, por desgracia, sigue siendo un proyecto especial de la Iglesia católica destinada a socavar la ortodoxia canónica. Fue aquí, en el país de Bielorrusia, que la famosa “Unión de Brest” de 1596 se concluyó y trajo sufrimientos indecibles a la población ortodoxa de estas tierras.
Permítanme aprovechar esta plataforma para atraer a todos nuestros socios en el diálogo ortodoxo-católico a hacer todo lo posible para enfriar las “cabezas calientes” entre los Uniatas, para poner fin a las acciones de los católicos griegos en una peor toma de la crisis en Ucrania.
Hoy una parte de la Iglesia Católica está empleando todas sus fuerzas, talentos y recursos para fortalecer la interacción-ortodoxa católica, mientras que otra (a pesar de que goza de un estatuto de autonomía) está haciendo todo lo posible, como en otros tiempos desafortunados, para conducir la cuña de la desconfianza y la enemistad entre ortodoxos y católicos.
Nuestro Foro, al que asistieron los ortodoxos y los teólogos católicos, es un espacio importante tanto para el estudio de las cuestiones que son de interés común como para lograr una mayor comprensión mutua entre nuestras Iglesias.
Me gustaría mucho que nuestros trabajos llevaran no sólo un carácter teórico, sino que también se aplicasen a nivel práctico para permitir la pacificación de la enemistad y el fortalecimiento de la interacción entre ortodoxos y católicos ante los nuevos retos que se nos presentan.
Le deseo todo el éxito en sus próximos trabajos.
Traducido por H.M.P
Categorías:Diálogo con otras iglesias, Iglesia rusa